Hoy por la mañana iba a re elaborar los exámenes extraordinarios con las los PDA, porque como es el nuevo plan de estudios de la nueva escuela mexicana; entonces los extraordinarios también deben de ser diferentes y actualizados. Y porque las firmas se recorren en la última hoja del documento y así no van.
Regalo y años de trabajo |
Y entonces buscaba mi memoria en donde creí que estaba y pasé media hora sin encontrarla. Y comenzó la desesperación: todas mis fotos, planeaciones de dos años, los extraordinarios a corregir no los tendría y habría que reescribir todo de nuevo y seguro que no acabaría en dos días porque además los pda estaban en un documento de la memoria.
Las presentaciones de power point de 12 temas diferentes también estaban ahí... irrecuperables. Luego las fotos muy personales que aportan datos de uno mismo muy importantes, ahi estaban de a montón. Las fotos de impresiones de alta calidad del gobernante maya ahí estaban. Todos los trabajos del curso reciente y otras informaciones que sirven para las clases ahí se guardaron, y los dos videos para ver en el camino estaban ahí.
La memoria que iba a querer |
Luego pensé en el valor de la memoria porque fue un regalo que nos hizo la directora de la 20 a todos los maestros.
Ha sido una memoria muy útil que sirve mucho para las tareas, el almacenamiento y transportar todos los documentos y después imprimir.
La foto de la memoria de cerditos no es la de mi memoria que perdí, es la de la memoria que quería para consolarme de mis archivos perdidos.
Y entonces al no encontrar la memoria vino el momento de aceptación y dije que conseguiría una nueva memoria y que esta vez nunca se perdería, porque debía colgarla a mi cuello con su cordón , ahí estaría segura.
El final es que a la hora de lavar encontré la memoria adentro del bolso del pantalón beige de mezclilla.
Nota: esta historia ocurrió el mes pasado.